martes, 9 de abril de 2019

Muerte y Resurrección de Lázaro. Con imágenes.

Betania era un pueblecito ubicado a tres kilómetros (dos millas) de Jerusalén (Juan 11:18). Allí tuvo lugar un hecho lamentable unas semanas antes de la muerte de Jesús. Lázaro, amigo íntimo del Maestro, enfermó repentinamente y falleció.
Cuando Jesús se enteró de la noticia, les dijo a sus discípulos que Lázaro estaba dormido y que iba a ir a despertarlo (Juan 11:11). Pero al ver que no le habían entendido, les dijo directamente: “Lázaro ha muerto” (Juan 11:14).
Cuatro días después del entierro, Jesús llegó a Betania y buscó a Marta, la hermana del difunto, para consolarla. “Si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto”, le dijo ella (Juan 11:17, 21). “Yo soy la resurrección y la vida —respondió Jesús—. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir.” (Juan 11:25.)

“¡Lázaro, sal!”

A fin de probar que no estaba prometiendo un imposible, Jesús se acercó a la tumba y gritó: “¡Lázaro, sal!” (Juan 11:43). Entonces, para el asombro de los presentes, Lázaro salió del sepulcro.

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