miércoles, 4 de mayo de 2011

Apuntes sobre La Feria del Libro Dominicana


















Visita del club de lectura de la Biblioteca de Villa Duarte a la Feria del Libro.






Con el lema: "Leer te lleva lejos" hoy 4 de mayo se va a inaugurar la XIV Feria Internacional del Libro 2011 en la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte; teniendo como Invitado de Honor Santa Sede y en homenaje a: Mons. Francisco José Arnaiz y P. José Luis Sáez; a celebrarse del 4 de mayo al 22. El Ministro de Cultura y la Dirección General de la Feria del Libro como todos los años ponen sus brío para el éxito, de este magno evento de la cultura dominicana. Éxito para todos los organizadores de este evento y para los expositores

La Feria Internacional del Libro de Santo Domingo cuenta con una historia que se inicia
hacia más de medio siglo. Primero surge como un evento nacional, para luego pasar al
esquema internacional que le ha dado tanto esplendor cultural al país.

JULIO POSTIGO: EL PRECURSOR
Don Julio Postigo, librero y pastor evangélico, fue el pionero de las ferias del libro en
República Dominicana. En 1950, a sugerencia suya, se instituye el 23 de abril como Día del
Libro, en honor a Miguel de Cervantes Saavedra. Un año después se realiza la primera Feria
Nacional del Libro, en el Parque Colón, la cual se extendió hasta las arcadas del entonces
Palacio Consistorial o Consejo Administrativo.
El señor Postigo, quien fuera propietario de la Librería Dominicana y luego de la
Librería Hispaniola, y editor de la famosa colección “Pensamiento Dominicano”, fue
también el que propuso la creación del Premio “Pedro Henríquez Ureña” al libro del año,
que no logró entonces gran incidencia.
Las ferias del libro se siguieron celebrando anualmente de forma modesta, como
modesta era para entonces la comercialización del libro en el país, donde apenas existían 4 ó
5 librerías de alguna importancia.
No obstante, la continuidad no fue absoluta. Se suspendió su celebración en 1956 y
1957, y luego en 1959 y 1960, que fueron años muy conflictivos políticamente. En 1961,
año del fin de la Era de Trujillo, se celebró la última feria de esa etapa. La tradición se volvió
a instaurar en 1967, aunque nuevamente se interrumpió en 1968.
En ese lapso, es bueno mencionar que en 1955, para la fastuosa celebración de la
Feria de la Paz y la Confraternidad del Mundo Libre, que celebrara los veinticinco años de la
dictadura trujillista, se organizó la Feria Iberoamericana del Libro “María Martínez de
Trujillo”, que tuvo como presidente de la comisión organizadora al doctor Armando Oscar
Pacheco, a la sazón Secretario de Estado de Educación, y de secretario al doctor Manuel de
Jesús Goico Castro.
Posteriormente, en 1970, el gobierno de Joaquín Balaguer realizó la Exposición
Mundial del Libro y Festival Internacional de la Cultura, en el edificio que hoy ocupa, entre
otros organismos públicos, la Dirección de Impuestos Internos. Ese evento excepcional, que
no tuvo continuidad, tenía como director ejecutivo al arquitecto José A. Caro Álvarez y su
coordinador operativo lo fue el señor Jiménez Cohén, este último de nacionalidad
colombiana.

LA ETAPA DE RAFAEL HERRERA
En 1970, como parte de una intensa campaña para reorganizar las ferias del libro bajo un
estatuto formal, se elabora el reglamento que regiría el evento. Y, finalmente, en 1973, el
Apuntes sobre la historia de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo
gobierno crea la Comisión Organizadora Permanente de la Feria del Libro a nivel nacional,
mediante el decreto No. 4331, de fecha 11 de marzo de 1973, con lo que quedó
institucionalizada esta celebración después de más de dos décadas de esfuerzos en este
sentido.
La primera Comisión Permanente estuvo presidida por don Rafael Herrera, director
del Listín Diario, tuvo al doctor Jorge Tena Reyes como secretario, y, como tesorero, al
propulsor de la idea, don Julio Postigo. Los integrantes fueron intelectuales de la talla de
Emilio Rodríguez Demorizi, Pedro Troncoso Sánchez, Julio Jaime Julia, Virgilio
Hoepelman, Fabio A. Mota, Pedro René Contín Aybar y el doctor Anaiboní Guerrero Báez.
La secretaria de Educación de la época, doctora Altagracia Bautista de Suárez, fungía de
asesora. Es, pues, en 1973 cuando tiene lugar oficialmente la I Feria Nacional del Libro, en
nueva etapa, con la Biblioteca Nacional como sede.
Estas sedes variarían de un año a otro. En algunos años fue el Museo del Hombre
Dominicano, el Palacio de Bellas Artes, el Museo de Historia y Geografía, la Plaza Gonzalo
Fernández de Oviedo (Fortaleza Ozama). Desde 1983 tuvo como espacio fijo la Plaza de la
Cultura “Juan Pablo Duarte”, donde se estuvo celebrando de manera initerrumpida hasta
1995. En 1996 el gobierno no prestó su concurso para la celebración, con lo que se
interrumpió el evento que llevaba 23 años de realización anual.
En 1973 se crean, para reforzar la Feria, los Premios Nacionales de Literatura, de la
Secretaría de Estado de Cultura y la Dirección General de Cultura, del mismo organismo,
que pasó a presidir el doctor José Tena Reyes.
Las ferias honraron siempre un gran representante de nuestras letras. Entre los
honrados figuraron Flérida de Nolasco, Juan Pablo Duarte, Manuel de Jesús Troncoso de la
Concha, Tulio M. Cestero, Eugenio María de Hostos, Héctor Incháustegui Cabral,
Domingo Moreno Jimenes, Pedro René Contín Aybar, Fernando Arturo de Meriño, Pedro
Henríquez Ureña, Vetilio Alfau Durán, Máximo Gómez, Manuel A. Peña Batlle, Máximo
Avilés Blonda, Ercilia Pepín, Camila Henríquez Ureña y Salomé Ureña de Henríquez.
En 1978, el doctor Tena Reyes es reemplazado de la Comisión Organizadora por el
señor Pedro Bisonó, propietario de la Librería América, quien permanecería en el cargo hasta
1985.

LA ETAPA DE RAYMUNDO AMARO GUZMÁN
En 1985 se transforma la composición del grupo organizador y se designa, mediante decreto
No. 2968, del presidente Salvador Jorge Blanco, una nueva Comisión, presidida por el
doctor Raymundo Amaro Guzmán. Don Rafael Herrera pasó a ser Presidente de Honor. El
poeta Cándido Gerón fue designado para sustituir al doctor Tena Reyes como Secretario, y
los demás miembros fueron don Julio Postigo, Emilio Rodríguez Demorizi, Bernardo Vega,
Pedro Troncoso Sánchez, Máximo Avilés Blonda, Marisol Florén, Maximiliano Arturo
Jimenes Sabater, Fracisco a Polanco, Teresa Peña, Marianne de Tolentino, José Luis Corripio
y Leonte Brea. La secretaria de Educación, doctora Ivelisse Prats de Pérez, fungía como
Asesora.
En 1987, el decreto No. 183-87, dictado por el presidente Joaquín Balaguer, otorga
carácter de “jurisdicción nacional” a la Comisión Permanente de la Feria Nacional del Libro
y la hace depender de la Presidencia de la República; así también la constituyó como órgano
de Derecho Público con autonomía funcional y administrativa. El mismo decreto establece
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que su presupuesto estará consignado en la Ley de Gastos Públicos de la Nación. Se confirma
como presidente al doctor Raymundo Amaro Guzmán y se incorpora al licenciado César
Herrera como vicepresidente; también se nombró a Luis Rivas Encarnación, a la sazón
Director General de Cultura, como secretario. Los nuevos integrantes son: José Israel Cuello,
Pedro Bisonó, José Rafael Lantigua, Salvador Pérez Martínez, José Ángel Saviñón, Jorge
Tena Reyes, Daysi García, José Rijo, Virgilio Hoepelman y Manuel de Jesús Goico Castro,
entre otros. El secretario de Educación, Pedro Pichardo, se constituye en asesor.
En años siguientes, se incorporaron nuevos miembros, como cuando, en 1992, los
señores Manuel Rueda, Manuel García Arévalo y Miguel González Cano sustituyeron a los
miembros fallecidos Pedro Troncoso Sánchez, Manuel de Jesús Goico Castro y César
Herrera. Igualmente, Virgilio Díaz Grullón sustituyó al licenciado Virgilio Alcántara, al pasar
éste a residir fuera del país.
Ese mismo año de 1992, la Feria adquirió la denominación temporal de Feria
Iberoamericana del Libro “Pedro Henríquez Ureña”, y se realizó, en vez de en el mes de abril,
en el mes de octubre, para que coincidiese con la conmemoración del Quinto Centenario del
Descubrimiento de América.
Con la ampliación del comercio del libro y la apertura de nuevas y modernas
librerías, además de la producción inusitada de obras de autores dominicanos, la Feria del
Libro quedó institucionalizada con estas celebraciones anuales que se convirtieron en la
mayor fiesta cultural del país hasta nuestros días.
Cuando se inauguró la primera etapa de la Feria del Libro, apenas existían las
librerías Dominicana, en la calle Mercedes; Duarte, en la calle Mercedes con Arzobispo
Meriño; San Pablo, de las hermanas Pepén. Posteriormente, nacieron el Instituto Americano
del Libro, en la Arzobispo Nouel; La Trinitaria, en San Carlos; La Hispaniola, en la calle 19
de Marzo; Disesa, en la calle Hostos, y la Editora Colegial Quisqueyana, en Plaza Naco. Más
adelante, Mateca, Lope de Vega, Herrera, Hostos, Avante, América, Editorial Padilla, Casa
Cuello y, para mediados de la década de 1990, Cuesta-Centro del Libro. Desde la década
pasada, surgieron diversas librerías en todo el país, a lo que debe sumarse el número de
tiendas por departamentos que incluyen áreas de librería.

LA ETAPA DE JOSÉ RAFAEL LANTIGUA
Hasta la edición número 23 de la Feria Nacional del Libro, el patrón de ejecución fue el
mismo, con algunas variantes impuestas siempre por circunstancias económicas y
programáticas. Es a partir de 1997 que la feria se moderniza y cambia su esquema
organizativo gerencial, al producirse el decreto No. 44-97, de fecha 28 de enero de 1997,
dictado por el presidente Leonel Fernández Reyna, que creó la Comisión Permanente de la
Feria Nacional del Libro, esta vez presidido por el licenciado José Rafael Lantigua; la
Comisión tuvo también como secretaria a la doctora Virtudes Uribe, propietaria de la
Librería La Trinitaria, y al señor José L. Corripio como tesorero.
Se cambió el formato, la filosofía, los objetivos y hasta la sede. La feria se trasladó al
antiguo Parque Zoológico y Botánico. El propio Lantigua, ante la falta de una denominación
oficial del lugar, la denominó Plaza del Conservatorio, por ser el lugar donde se ubica el local
que alberga al Conservatorio Nacional de Música.
En 1997 se hizo la primera prueba para feria internacional, al invitar a 40 editoras de
8 países: España, México, Venezuela, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Puerto Rico y Cuba.
Apuntes sobre la historia de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo
En anteriores eventos, estos dos últimos países siempre tuvieron una activa participación. Se
incluyó la presentación de renombradas figuras de las letras internacionales, como el
uruguayo Eduardo Galeano, y se dedica la feria a la exitosa escritora dominicana Julia Álvarez
y al escritor puertorriqueño Luis Rafael Sánchez. La feria honró a Salomé Ureña de
Henríquez en el Centenario de su muerte.
Se establecieron varios récords y distinciones: la mayor feria del libro de la historia
dominicana; mayor cantidad de expositores; más amplio espacio físico para un evento de este
género; mayor participación internacional; primera en que participa un notable grupo de
escritores extranjeros; primera que realiza un ciclo de coloquios donde toman parte unos 50
escritores dominicanos; primera que dedica cada día a un gran escritor criollo; primera que
dedica un espacio exclusivo para los niños y jóvenes; primera que celebra un coordinado
programa de espectáculos artísticos; primera que presenta un espectáculo inaugural y de
clausura especialmente concebido para la feria; primera que entrega stands uniformes con
anaqueles y escritorios; primera que el Presidente de la República visita cuatro veces durante
los diez días del evento. Todo ello, unido a un nuevo esquema organizativo y gerencial,
hicieron de esta la feria más concurrida hasta ese entonces: alrededor de un millón de
personas pasó por el parque ferial durante esos diez días de celebración, del 24 de abril al 4 de
mayo de 1997.
En 1998, en que la Feria Nacional del libro cumplía sus veinticinco años de
existencia, se inició la tercera etapa de estas ferias, con la decisión de convertirla en feria
internacional. Desde entonces, para cada año se escoge una nación como país invitado de
honor y se dedica a una importante figura de las letras. En 1998 el país invitado fue España,
y se dedicó a la Generación del 48. En 1999 la feria tuvo a México como país invitado y se
dedicó a Pedro Mir. En 2000, la feria tuvo como país invitado a Francia y rindió su
dedicatoria a Juan Bosch.

LA ETAPA DE CARLOS ESTEBAN DEIVE
En el año 2000, la Feria Internacional del Libro pasó a ser presidida por el intelectual y
narrador Carlos Esteban Deive. El evento tuvo continuidad, lo que contribuyó a mantenerlo
en el cronograma cultural del país. Se mantuvieron intactos algunos elementos establecidos
desde el lanzamiento internacional del evento, como la dedicatoria a un país y la celebración
del Premio Eduardo León Jimenes al libro del año.
En 2001, el país invitado de honor fue Chile, mientras que la dedicatoria recayó
sobre el importante poeta dominicano Manuel del Cabral. En 2002, la Comisión
Permanente para la Celebración de la Feria del Libro (que era como se llamaba), dedicó la
feria a Venezuela y rindió honores a Pedro Henríquez Ureña. En 2003, el país invitado fue
Cuba y en 2004 Puerto Rico. En esos dos últimos años se rindió homenaje a Eugenio María
de Hostos y a Pablo Neruda, respectivamente, con lo que se varió la costumbre de dedicar el
evento a escritores dominicanos.
De la celebración de esta etapa, resaltan el Pabellón de Literatura, donde se
concentraba gran parte del programa literario, y continuó teniendo un encanto especial el
programa de espectáculos, celebrado principalmente en la Cueva de Santa Ana.
Apuntes sobre la historia de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo

LA ETAPA DE ALEJANDRO ARVELO
En 2005, la dirección general del magno evento ferial pasó a manos de Alejandro Arvelo. Se
dispuso, por instrucción de la Secretaría de Estado de Cultura, retomar la Feria para volver a
convertirlo en una gran fiesta del libro de repercusiones continentales. Como parte de este
plan, la feria fue movida de la Plaza del Conservatorio, para realizarla en la Plaza de la
Cultura Juan Pablo Duarte. Con el traslado se buscaba aprovechar un área mejor urbanizada,
con mayor cantidad de salas, área verde mejor conservada, museos y edificaciones destinadas
para la cultura.
El éxito apareció en la primera convocatoria, la de 2005. Se eliminaron viejos stands,
que ya habían cumplido su ciclo de vida, y se elevaron estructuras nuevas, más modernas,
frescas y adecuadas. Se construyeron varios pabellones conmemorativos y funcionales. Uno
de ellos, el Pabellón de Autor@s, dio formalmente cabida a escritores y escritoras
independientes, para que pudieran, sin necesidad de alquilar un stand, vender sus libros al
público. Se recuperó la Tribuna Libre, para dar cabida a diversas actividades del
pensamiento. Se rediseñó el equipo de coordinadores, de manera que se pudieran cubrir los
diversos aspectos de manera especializada. En este tenor, fueron creadas nuevas
coordinaciones, como las de Participación Escolar y la de Participación Universitaria.
En este nuevo espacio, el programa cultural se amplió de manera considerable. El
nuevo campo ferial alojó más de 2,000 actividades, desde presentaciones de libros y
conferencias hasta obras teatrales y espectáculos culturales. Con este nuevo formato, se ha
logrado un programa cultural amplio, diverso y siempre en camino hacia lectores y lectoras,
lo que ha convertido el evento en un verdadero Festival Cultural que tiene al libro como
centro, inicio y fin.
En 2005 la feria fue dedicada a Aída Cartagena Portalatín, con lo que se rendía honor
por primera vez, en la faceta internacional, a una escritora, y con lo que, además, se
recuperaba la costumbre de dedicarla a autores o autoras de nuestro país. El país invitado de
honor de ese entonces fue Italia. En 2006, el evento tuvo como país invitado de honor a
Argentina y rindió homenaje a Marcio Veloz Maggiolo. En 2007, con motivo del décimo
aniversario, la feria tiene como país invitado de honor a Colombia y rinde tributo al
importante poeta dominicano Franklin Mieses Burgos. En 2008 la feria fue dedicada a Emilio
Rodríguez Demorizi y invitada de honor Asociación de Estados del Caribe.
En 2009 fue dedicada a Juan Bosch en el centenario de su natalicio y como
país invitado de honor Brasil. En el 2010 fue dedicada a Freddy Gaton Arce y pais invitado Mexico.
La de este año 2011 esta dedicada en homenaje: a Mons. Francisco José Arnaiz y P. José Luis Sáez y país invitado de honor a la Santa Sede.


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